En Octubre pasado presenté la primera pregunta que se me hiciera en una entrevista online para una publicación boliviana acerca de las TICS (Tecnologías de la Información y de la Comunicación).
Ahora, transcribo la segunda interrogante junto a su respuesta.
¿Cuáles considera usted que son los obstáculos para la educación con el avance tecnológico y del Internet?
Siempre puede constituir un obstáculo el hecho que las TICS ya han sido utilizadas de ciertas maneras en nuestra vida diaria o en la educación no formal (no planificada, aprendizajes sin propósito o sin intención) y se tienda a usarla de la misma manera. Menciono un caso: Estuve viviendo durante dos años en Estados Unidos en la década de los 80. Siempre recibía llamadas telefónicas desde una grabadora con la cual no podía dialogar, práctica muy usada y abusada en la actualidad en nuestro país, en donde naturalmente se privilegia la información. Sucede lo mismo cuando llamo a alguna empresa de servicio y me contestan computadoras que me llevan a interminables conductos sin obtener las respuestas adecuadas a mi consulta. Esas mañas tienden a desaparecer con el tiempo, pues está comprobado que el ser humano, después de un cierto tiempo, requiere del contacto humano. Lo mismo ha sucedido con las experiencias de educación a distancia en que los alumnos sólo reciben (valiosos) materiales, hacen los ejercicios en los módulos, interactúan con la máquina, pero llega un momento (¡bendito ese momento!) en que no les basta sólo el contacto con su profesor mediante una plataforma tecnológica donde pueden chatear, pues necesitan urgentemente nutrirse de la voz de un profesor y hacer las preguntas mirándose a sus rostros, sus expresiones corporales, sus gestos, impresionándose, sorprendiéndose, riendo juntos si se quiere, disfrutar del aprendizaje presencial, también.
En síntesis, para vencer tal obstáculo se debe planificar para un uso estratégico de las TICS en donde máquina y ser humano –presencial- sean parte del sistema educativo.
Este fenómeno también se da por las maneras en que muchas personas hacen las cosas, es decir, con un apresuramiento increíble, tipo obsesión por la acción sin antes haberse detenido a reflexionar sobre el rol que la cabe a la tecnología dentro del proceso educativo formal.
Otra traba puede constituirla la resistencia al cambio de un grupo importante de educadores, que no sólo pueden oponerse a la tecnología en cualquiera de sus manifestaciones, sino a cualquier cambio en su trabajo. ¡Hay que tener presente que en la actualidad hay una cantidad impresionanate de profesores que aún no se siente cómodo con la máquina y por ende, ni siquiera poseen un e-mail!
Desde las primeras investigaciones que realicé en la década de los 80, los profesores ya pensaban que el computador favorecería la mecanización, que inhibiría la reflexión, que limitaría la creatividad, que impediría la afectividad, en fin, una serie de creencias que, con el tiempo y, en la práctica, resultaron ser sólo mitos.
sábado, 31 de enero de 2009
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