lunes, 24 de diciembre de 2007

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A continuación quisiera compartir con ustedes un correo que me ha enviado Juan Mata,
Profesor Dr. de la U. de Granada, España, a nombre de él y su esposa Andrea:

"Una felicitación para Patricio con motivo de la publicación de su libro.

Nos parece que ha hecho una aportación muy importante a uno de los asuntos más peliagudos de la educación. Lo que él detecta en Chile podría representar perfectamente lo que ocurre en España. Andrea lo sufre. Concretamente el curso pasado padeció la que sin duda ha sido la experiencia más amarga de su vida profesional. Hubo de enfrentarse durante todo el curso a un pequeño grupo de alumnos de 12 años que se comportaron de un modo inusual, violento, despreciativo, mezquino. Nunca le había ocurrido nada semejante. Para ella resultaba impensable que eso pudiera ocurrir con niños de tan corta edad. Y ello la hizo sufrir extraordinariamente. Lo sorprendente es que le ocurría por ser dialogante, paciente y afectuosa, aunque sumamente estricta en cuestiones como la brutalidad, el racismo, el machismo, el acoso, etc.

En los momentos más difíciles, algunos alumnos le decían que tenía que ser más dura con ellos y castigarlos severamente, pues era el único lenguaje que entendían. Eso hizo que Andrea se cuestionara su trabajo, su conducta, sus creencias. Y lo peor de todo es que los alumnos más agresivos no pertenecían a familias desestructuradas o problemáticas, sino que provenían de familias bien normales. Es un fenómeno nuevo en nuestro país. Por eso son necesarios análisis y propuestas como las de Patricio. Necesitamos saber más sobre lo que está pasando a fin de no convertir la enseñanza en algo insoportable. Y por eso, aportaciones como las de Patricio son muy bienvenidas.

El libro puede ser de una extraordinaria utilidad para los profesores en activo, pero también para los que aspiran a serlo. Está muy bien escrito y muy bien editado, y está lleno asimismo de sugerencias y lecturas bien meditadas, aunque suponemos que su eficacia será mayor cuando Patricio exponga esas ideas personalmente. Es fácil imaginarlo dando un curso y haciendo meditar a los asistentes sobre esos asuntos. La palabra escrita no alcanza desde luego la emoción que otorga la presencia. Le enviamos por ello la enhorabuena y lo animamos a seguir en ese camino, pues no muchas personas se atreven a encarar esos asuntos con decisión y talento."

Juan y Andrea.